domingo, 25 de abril de 2010

Catalina dió un buen uso al papel y al lápiz

Catalina, una mujer que escribía.

Las obras de Santa Catalina de Siena figuran entre los clásicos de la lengua italiana, escritas en el hermoso Toscano vernacular del siglo catorce. Sus escritos consisten en:
- el "Diálogo" o "Tratado de la Divina Providencia";
- una colección de cerca de cuatrocientas cartas; y
- una serie de "Oraciones".
El "Diálogo" trata especialmente la totalidad de la vida espiritual del hombre en la forma de una serie de coloquios entre el Padre Eterno y el alma humana (representada por la misma Catalina).Una obra más pequeña en la forma de diálogo, el "Tratado de la Perfección Consumada", es también atribuida a ella, pero es probablemente ilegítimo. Es imposible en pocas palabras dar una concepción adecuada de las muchas facetas del carácter y el contenido de las "Cartas", que son la más completa expresión de la riqueza de la personalidad de Catalina. Mientras que las cartas que fueron dirigidas a Papas y soberanos, gobernadores de repúblicas y líderes de ejércitos, son documentos de incalculable valor para los estudiosos de historia, muchas de las que fueron escritas a ciudadanos, hombres y mujeres en el claustro o en el mundo, son tan frescas como iluminadoras, tan sabias como prácticas en su consejo y guía para el devoto católico de hoy así como lo fueron para aquellos que buscaron su consejo mientras vivió. Otras cartas conducen al lector a alturas místicas de contemplación, una atmósfera singular de santidad en la que sólo unos pocos espíritus privilegiados pueden morar. La clave para la enseñanza de Catalina es que el hombre, ya sea en el claustro o en el mundo, debe habitar en la celda del auto-conocimiento, que es permanente, en la que el peregrino del tiempo a la eternidad debe nacer nuevamente.

sábado, 17 de abril de 2010

Sobre Liturgia

Cuando por primera vez escuché la palabra Liturgia, confieso que pensaba que sus conceptos estaban ligados a temáticas que no me resulataban interesantes. Sin embargo, ahora que tengo la oportunidad de conocer el sentido propio de ésta, no solo en la Iglesia sino tambien en la Orden de Predicadores me ha parecido que está compuesta de un contenido demasiado interesante.
Quisiera comentar algo clave y corto que considero aprendí en dos encuentros acerca de esta temática. Como primero me parece fascinante el concepto que maneja la O.P. en relacion con la Liturgia, pues la propone como un molde de santificacion del religioso, culmen al que tiende todo cristiano. En un segundo lugar el comprender que ella se desarrolla CON,EN Y POR CRISTO,siendo de este modo él quien hace participe su vida a nosotros y nos invita a celebrar en su presencia plena la gracia de ser hijos de Dios. Luego, este espacio que se nos brinda mediante la Liturgia será también el principio de un seguimiento mas cercano a Cristo así como aquellos que como SANTA CATALINA, vieron en la Liturgia el fundamento de su santificación.

Algunos datos de interés

Padres de Catalina y su condición social.

Los padres de Santa Catalina se llamaban Jácomo, hombre sencillo, leal, temeroso de Dios y cuya alma no estaba contaminada por ningun vicio y Lapa, mujer trabajadora, prudente y conocedora de las cosa del hogar. Este matrimonio vivió en paz y aunque de clase humilde, gozó de cierta posicion entre sus conciudadanos, disfrutando además, de bienes de fortuna superiores a su categoria social. Dios los bendijo con numerosa descendencia que ambos conyugues se encargaron de guiar por los caminos de la virtud.

Nacimiento de Catalina. Su infancia. Circunstancias maravillosas.

Lapa dió a luz de un solo parto a dos delicadas criaturas de sexo femenino(1347), y no pudiendo criar a ambas, se vió en la necesidad de confiar una de ellas a manos extrañas. A una llamó Catalina y a la otra Juana. Ésta no tardó en volver al cielo con la gracia bautismal, y Catalina, que fue la elegida por su madre pudo criarla a sus pechos,viviendo lo suficiente para ser una gran santa y salvar muchas almas con el ejemplo de sus virtudes.
Catalina fue criada como algo que pertenecia a Dios desde el instante de su nacimiento. Tan pronto pudo caminar, amigos, vecinos y familiares se disputaban para llevársela a sus casas pues cuantos la veían, instantaneamente sentían despertarse en ellos intenso cariño hacia la niña y querían tenerla a su lado para disfrutar de su discreta conversación y de las gracias infantiles que la adornaban.
Apenas cumplió sus 5 años recitaba un Ave María, arrodillándose en cada peldaño de la escalera de sus casa, siempre que subía o bajaba por la misma. En su adolescencia se realizó cuanto prometía su infancía, sus palabras poseían un extraño para inclinar almas hacia Dios.Cuando Catalina cumplió sus 12 años, nunca salía sola de casa, de acuerdo con las normas establecidas con respecto a las mujeres solteras.

Su deseo incesable de ser religiosa.

Catalina solicitó a la Hermanas de la Penitencia,que seguían la regla de Santo Domingo, que accediesen a recibirla entre ellas y le permitiesen vestir su hábito. Se retiraron pues las hermanas llenas de piadosa alegría y espiritual edificación y dieron cuanta de su visita a sus compañeras,quienes, después de consultado el caso con los frailes de la Orden, celebraron capitulo y admitieron a Catalina por unanimidad. Al recibir tan grata nueva, Catalina derramó lagrimas de alegría y dió fervorosas gracias a su divino Esposo y a Santo Domingo, quien al fin cumplía su promesa.Le imploró también para que le devolviese la salud, pues en ese momento estaba enferma y la librase por ende de los sufrimientos que la enfermedad le ocasionaba. Sus ruegos fueron oidos pues al cabo de pocos dias se encontró completamente bien.
Catalina no pronunció los tres votos de religion al tomar el habito de Santo Domingo, pero tomó la resolución de cumplirlos fielmente. Con respecto a la castidad prometió virginidad perpetua, en cuanto a la obediencia, esta la prometio al Maestro de las hermanas y a su superiora. También observó de una manera perfecta el voto de pobreza.

domingo, 11 de abril de 2010

Quien escribe es?

Bueno amigos cibernautas, les comento a todos ustedes que visitan mi Blogspot que soy Breiner Pulido, un adolescente de 18 años de edad, que en este momento se encuentra en su segundo año de formacion en la vida religiosa. Soy natural de Neiva-Huila, capital Bambuquera de Colombia. Mi estado civil es soltero, por el momento. Me apasiona el trabajo con las comunidades necesitadas, mi genero favorito de música es el vallenato y el regueton, la comida que mas disfruto es el sancocho de leña y la lechona. Profeso con todo amor la religion Católica, mi deporte favorito es el patinaje. Creo como Galán en los grandes cambios de nuestra Nación, con el actuar activo de la juventud colombiana. Pienso que la iniciativa y los ideales personales siempre deben conducirse al bienestar colectivo. Finalmente, te invito a que con curiosidad revises mi nuevo punto de encuentro frbreinerpulido.blogspot.com y como yo, tambien puedas aprender algo diferente.

jueves, 8 de abril de 2010

Memorias.

La alegría espiritual que ha inundado nuestra alma al proclamar doctora de la Iglesia a la humilde y sabia virgen dominica Catalina de Siena, encuentra su explicación más profunda, y hasta podíamos decir su justificación, en la alegría purísima experimentada por el Señor Jesús cuando, como nos narra el evangelista San Lucas, "se sintió inundado de gozo en el Espíritu Santo y dijo: Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y las revelaste a los pequeños. Sí, Padre, porque tal ha sido tu beneplácito" (Lc 10,21; cfr. Mt 11,25-26).


Para que te informes, acerca de esta Santa mujer




Para iniciar a hablar de esta vieja tan admirable en un estilo propio de vida, quisiera comentar como dato curioso que su nombre significa pura.
Nació en el año de 1347.
Esta mujer desde pequeña era reconocida por sus entendimiento, virtud y santidad, y para que te enteres a sus 5 años tuvo la primera visión, que la inclinó definitivamente a la vida virtuosa. Cruzaba una calle con su hermano Esteban, cuando vio al Señor rodeado de ángeles, que le sonreía, impartiéndole la bendición. Pa rematar y como fue la realidad de muchas mujeres de su tiempo su padre, tintorero de pieles, pensó casarla con un hombre rico, pero Catalina siendo astuta le manifestó que se había prometido a Dios. Entonces, para hacerla desistir de su propósito, la sometió a los servicios más humildes de la casa. Pero ella caía frecuentemente en éxtasis y todo le era fácil de sobrellevar.
Finalmente, derrotados por su paciencia, cedieron sus padres y se la admitió en la tercera orden de Santo Domingo y siguió, por tanto, siendo laica. Tenía dieciséis años. Sabía ayudar, curar, dar su tiempo y su bondad a los huérfanos, a los menesterosos y a los enfermos a quienes cuidó en las epidemias de la peste. En la terrible peste negra, conocida en la historia con el nombre de "la gran mortandad", pereció más de la tercera parte de la población de Siena.
A su alrededor muchas personas se agrupaban para escucharla. Ya a los veinticinco años de edad comienza su vida pública, como conciliadora de la paz entre los soberanos y aconsejando a los príncipes. Por su influjo, el papa Gregorio XI dejó la sede de Aviñón para retornar a Roma. Este pontífice y Urbano VI se sirvieron de ella como embajadora en cuestiones gravísimas; Catalina supo hacer las cosas con prudencia, inteligencia y eficacia.
Aunque analfabeta, como gran parte de las mujeres y muchos hombres de su tiempo, dictó un maravilloso libro titulado Diálogo de la divina providencia, donde recoge las experiencias místicas por ella vividas y donde se enseñan los caminos para hallar la salvación. Sus trescientas setenta y cinco cartas son consideradas una obra clásica, de gran profundidad teológica. Expresa los pensamientos con vigorosas y originales imágenes. Se la considera una de las mujeres más ilustres de la edad media, maestra también en el uso de la lengua Italiana.
Santa Catalina de Siena, quien murió a consecuencia de un ataque de apoplejía, a la temprana edad de treinta y tres años, el 29 de abril de 1380, fue la gran mística del siglo XIV. El papa Pío II la canonizó en 1461. Sus restos reposan en la Iglesia de Santa María sopra Minerva en Roma, donde se la venera como patrona de la ciudad; es además, patrona de Italia y protectora del pontificado. El papa Pablo VI, en 1970, la proclamó doctora de la Iglesia.