sábado, 17 de abril de 2010

Algunos datos de interés

Padres de Catalina y su condición social.

Los padres de Santa Catalina se llamaban Jácomo, hombre sencillo, leal, temeroso de Dios y cuya alma no estaba contaminada por ningun vicio y Lapa, mujer trabajadora, prudente y conocedora de las cosa del hogar. Este matrimonio vivió en paz y aunque de clase humilde, gozó de cierta posicion entre sus conciudadanos, disfrutando además, de bienes de fortuna superiores a su categoria social. Dios los bendijo con numerosa descendencia que ambos conyugues se encargaron de guiar por los caminos de la virtud.

Nacimiento de Catalina. Su infancia. Circunstancias maravillosas.

Lapa dió a luz de un solo parto a dos delicadas criaturas de sexo femenino(1347), y no pudiendo criar a ambas, se vió en la necesidad de confiar una de ellas a manos extrañas. A una llamó Catalina y a la otra Juana. Ésta no tardó en volver al cielo con la gracia bautismal, y Catalina, que fue la elegida por su madre pudo criarla a sus pechos,viviendo lo suficiente para ser una gran santa y salvar muchas almas con el ejemplo de sus virtudes.
Catalina fue criada como algo que pertenecia a Dios desde el instante de su nacimiento. Tan pronto pudo caminar, amigos, vecinos y familiares se disputaban para llevársela a sus casas pues cuantos la veían, instantaneamente sentían despertarse en ellos intenso cariño hacia la niña y querían tenerla a su lado para disfrutar de su discreta conversación y de las gracias infantiles que la adornaban.
Apenas cumplió sus 5 años recitaba un Ave María, arrodillándose en cada peldaño de la escalera de sus casa, siempre que subía o bajaba por la misma. En su adolescencia se realizó cuanto prometía su infancía, sus palabras poseían un extraño para inclinar almas hacia Dios.Cuando Catalina cumplió sus 12 años, nunca salía sola de casa, de acuerdo con las normas establecidas con respecto a las mujeres solteras.

Su deseo incesable de ser religiosa.

Catalina solicitó a la Hermanas de la Penitencia,que seguían la regla de Santo Domingo, que accediesen a recibirla entre ellas y le permitiesen vestir su hábito. Se retiraron pues las hermanas llenas de piadosa alegría y espiritual edificación y dieron cuanta de su visita a sus compañeras,quienes, después de consultado el caso con los frailes de la Orden, celebraron capitulo y admitieron a Catalina por unanimidad. Al recibir tan grata nueva, Catalina derramó lagrimas de alegría y dió fervorosas gracias a su divino Esposo y a Santo Domingo, quien al fin cumplía su promesa.Le imploró también para que le devolviese la salud, pues en ese momento estaba enferma y la librase por ende de los sufrimientos que la enfermedad le ocasionaba. Sus ruegos fueron oidos pues al cabo de pocos dias se encontró completamente bien.
Catalina no pronunció los tres votos de religion al tomar el habito de Santo Domingo, pero tomó la resolución de cumplirlos fielmente. Con respecto a la castidad prometió virginidad perpetua, en cuanto a la obediencia, esta la prometio al Maestro de las hermanas y a su superiora. También observó de una manera perfecta el voto de pobreza.

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